A la luz de la conciencia
Música coral religiosa de compositores masónicos
Parte I
. Greene
I will greatly rejoice
. Salieri
Missa Stylo a cappella:
Kyrie
Credo
Sanctus – Benedictus
Agnus Dei
. A. Mozart (atrib.)
Kyrie KV 90
Parte II
. Sibelius
En etsi valtaa
. Liszt
L’ Éternel est son nom
. Loewe
Salvum fac regem
. Mendelssohn
Seis sentencias op. 67:
Para adviento
Para la noche de Navidad
Para el día de año nuevo
Para el tiempo de pasión
Para el Viernes Santo
Para el día de la Ascensión
Ehre sei Gott
- Notas al programa
El programa que hemos seleccionado presenta obras religiosas de siete compositores cuya adscripción a la masonería es indiscutible. En principio, no existe relación alguna entre las piezas propuestas y la esencia masónica de sus autores, puesto que hemos querido ofrecer algunas muestras de sus composiciones sacras. No obstante, quien conoce bien el mundo de la francmasonería sabe perfectamente que un masón nunca se olvida de su condición aun cuando se encuentra realizando actividades meramente profesionales, pues su camino filosófico le impulsa a conseguir en cada momento la mejor versión de sí mismo.
Nuestra primera intención es pues dar a conocer la pertenencia a la Orden Masónica de una serie de personajes ilustres, pertenencia que en la mayoría de los casos supondrá una sorpresa para el espectador.
En segundo lugar, deseamos subrayar que el hecho de que un hombre profese los ideales masónicos no supone que dicho individuo sea anticlerical, ateo o irreligioso, o al menos que no existe una ecuación directa entre dichos ideales y el rechazo de los principios religiosos. Se trata de romper determinados tópicos, ofreciendo nombres de gran talla cuya espiritualidad religiosa no parecía estar reñida con sus deberes masónicos. Y para que la muestra fuera más significativa hemos seleccionado autores de distintas confesiones y círculos culturales, pudiendo distinguirse músicos del ámbito anglicano, protestante, católico y judío.
En la figura de Maurice Greene (1696-1755) tenemos a uno de los primeros integrantes de la masonería especulativa, y uno de los primeros músicos masónicos de los que tenemos constancia. Sus reuniones secretas se desarrollaban en espacios que se alquilaban en las tabernas londinenses ex profeso. Era hijo de un clérigo. Su carrera está llena de altos cargos musicales: comenzó como mozo de coro en la catedral de San Pablo, de la que llegó a ser el organista.
En 1710 se fundó en el ámbito masónico la Academia de Música Antigua, en la Taberna de La Corona y El Ancla, entre cuyos fundadores se encontraba el propio Green. En 1727 fue nombrado organista de la Chapel Royal, y en 1730 era profesor de música de la Universidad de Cambridge. En 1735 era el maestro de música del rey.
Su música religiosa sigue siendo tan apreciada que aún en la actualidad se usa en los servicios de la Iglesia Anglicana. Tal es el caso del anthem I will greatly rejoice que en este programa proponemos.
De algunos de los compositores de los aquí seleccionados, poco se conoce de sus vivencias masónicas, salvo que pertenecieron a sus listas, y que se relacionaron con otros ilustres masones, favoreciéndolos o buscándolos en momentos comprometidos. Tal es el caso de Antonio Salieri, de Carl Loewe o de Felix Mendelssohn, de quienes en este programa interpretaremos algunas de sus mejores obras para coro a cappella.
Sí sabemos, por ejemplo, que a su muerte (y al carecer de descendencia) Salieri legó sus pertenencias a dos instituciones vienesas que se las repartieron al cincuenta por ciento: la Sociedad de Amigos de la Música y una sociedad vinculada a la masonería.
También conocemos la circunstancia de que el propio padre de Mendelssohn fuera un ilustre y activo masón.
En general puede decirse que la música de las logias germanas, desde la segunda mitad del siglo XVIII hasta el primer tercio del siglo XIX, vivió un período esplendoroso en el que importantes filósofos y poetas colaboraron con grandes músicos: Fichte Herder, Moses Mendelssohn (padre del músico), Richter y Goethe, Heine y Rückert, todos ellos masones, contribuyeron notablemente, entre otras cosas, al desarrollo del lied alemán.
En el caso de Mozart, dicho autor fue iniciado en la Logia de la Beneficencia en Viena en 1784, cuando contaba veintisiete años, tres antes de constituirse la Gran Logia de Austria. La masonería austríaca se había desarrollado recientemente, favorecida por el emperador José II, que nunca fue iniciado, pero que simpatizaba con los masones por representar éstos un componente social independiente e insumiso al poder eclesiástico. La logia de Mozart era una filial de la logia La Verdadera Concordia. José II decretó la fusión y reducción a tres de las siete logias existentes, por lo que Mozart pasó a ser miembro de La Nueva Esperanza Coronada. Todos los datos conservados indican que Mozart fue un masón entusiasta y activo.
En lo que respecta a Franz Liszt (1811-1886), se inició en la Logia «Zur Einigkeit» (La Unión) en Frankfurt el 18 de septiembre de 1841, y recibió el segundo grado de compañero en presencia del futuro emperador Guillermo I, el 8 de febrero de 1842 en la Logia de San Juan de La Concordia, al Oriente de Berlín, donde cuatro días antes el carismático músico había sido nombrado miembro de honor, artista adorado, hermano y hombre querido. Su exaltación al Tercer Grado se produjo en 1870 en la Logia La Unión, al Oriente de Budapest.
Franz Liszt fue también miembro de honor de diversas logias, dando numerosos conciertos en muchas de ellas, o en sociedades musicales vinculadas a algunas otras. No obstante, a partir de 1848 cesó su ritmo de visitas a las mismas, pues su catolicismo viró hacia el misticismo, y en 1861, con un gran proyecto de renovación de la música sacra, se instaló en Roma, donde fue nombrado abad en 1865.
Esta época coincidió con el agravamiento del conflicto entre la Iglesia y la Francmasonería, bajo el pontificado de Pío IX. A principios de 1870, Liszt empezó nuevamente (aunque de manera discreta) a frecuentar las logias, dando en 1881 y 1882 diversos conciertos en San Petersburgo, organizados por la Logia La Discreción.
Jean Sibelius (1865-1957) está considerado el mayor compositor masónico después de Mozart, no sólo por su importancia dentro del mundo de la creación musical sino también por la atención que como compositor ha dedicado a la música destinada específicamente al ritual masónico. Sibelius fue maestro masón de la Logia Suomi nº 1 de Helsinki, además de organista de la Gran Logia de Finlandia.
El presente programa nace con vocación de ciclo anual, un ciclo que puede ir acompañado, si así se desea, de una o de varias charlas explicativas y complementarias.